Justicia para algunos
JOSEPH E. ST IGLIT Z 1 4 /1 1 /2 01 0
Domingo 14 de noviembre de 2010, por Carlos San Juan
El desastre de las hipotecas en EE UU ha planteado cuestiones profundas sobre el Estado de derecho, la característica universalmente aceptada de una sociedad avanzada y civilizada. El Estado de derecho debe proteger a los débiles contra los fuertes y velar por que todos reciban un trato equitativo. En EE UU, a raíz de la crisis de las hipotecas de alto riesgo, no ha hecho ninguna de las dos cosas.
Una parte del Estado de derecho es la seguridad de los derechos de propiedad: si debes dinero por tu casa, por ejemplo, el banco no puede quitártela, sencillamente, sin seguir el procedimiento legal prescrito, pero
en las últimas semanas y meses los estadounidenses han visto varios casos en los que ha habido personas a quienes se ha desposeído de sus casas pese a que no tenían deudas.
Para algunos bancos, se trata simplemente de daños colaterales: millones de estadounidenses -además de los cuatro millones, aproximadamente, de 2008 y 2009- van a ser desahuciados de sus casas. De hecho, el ritmo de órdenes judiciales de desahucio irá en aumento... de no ser por la intervención gubernamental.
Sin embargo, los atajos de procedimiento, la documentación incompleta y el fraude desenfrenado que acompañó las prisas de los bancos para dar millones de créditos de dudoso cobro durante la burbuja inmobiliaria han complicado el proceso de limpieza del embrollo posterior.
(Abajo descargable texto completo en pdf)