Autora: María Gutierrez
Tuesday 6 November 2012, by Carlos San Juan
Estas notas tratan de explicar, desde el punto de vista de las empresas, las consecuencias que tienen en terminos de rentabilidad y riesgo las diferencias en la estructura de los capitales propios. Si una empresa consigue créditos baratos, es decir con tipos de interés inferiores a la rentabilidad de sus inversiones, los accionistas de la empresa obtendran una mayor rentabilidad que la que hubieran obtenido financiando las inversiones con capitales propios. En realidad los accionistas se apropian de la diferencia entre la rentabilidad de la inversión y los intereses pagados por los créditos.
Cuanto mayor es la diferencia entre la rentabilidad de las inversiones y el coste de la deuda mayor es su rentabilidad.
Por tanto cualquier empresa puede ganar más dinero ampliando la diferencia entre el coste de endeudamiento y la rentabilidad de las inversiones propias. Esto crea incentivos para endeudarse cada vez más y así ofrecer una gran rentabilidad esperada a sus accionistas.
Pero a medida que aumenta el endeudamiento también crece el riesgo de que la empresa quiebre. Un suceso inesperado puede poner de manifiesto que las deudas superan los recursos propios. También puede ocurrir que el flujo de recursos ajenos se restrinja de forma súbita e inesperada.
Una combinación de sucesos de ambos tipos se produjo en 2008 a raíz de la crisis financiera originada en EE.UU. Los mercados financieros se cerraron para muchas empresas (p.e. las inmobiliarias) y además la caida de la demanda generó una caida de la rentabilidad de las inversiones ya realizadas durante el periodo expansivo de la economía.