Autor: GUILLERMO DE LA DEHESA, elpais.es 3 MARZO 2012
Monday 4 March 2013, by Carlos San Juan
Desde la creación de la Unión Monetaria, era sobradamente sabido que no podría funcionar sin una cierta unión fiscal para hacer frente a los llamados choques asimétricos,es decir, a aquellos que afectan a uno o varios de sus Estados miembros, pero no al resto. Pero no se hizo caso alguno.
Ahora, varios Estados periféricos han sufrido dicho choque, pero sigue rechazándose cualquier intento de mutualización fiscal para reducirlo. La eurozona continúa sin tener verdadera política macroeconómica, es decir, monetaria y fiscal. La política monetaria solo puede responder a los choques simétricos, que afectan a toda la eurozona, pero no a los que afectan solo a algunos de sus Estados miembros. Es más, una política monetaria única, aplicada a Estados en diferentes grados de desarrollo y crecimiento, puede producir choques asimétricos.
Entre 2002 y 2005, el BCE bajó sus tipos de interés del 4,5% al 2,5% y luego al 2%, manteniéndolos hasta 2005, para sacar a Alemania de su ligera recesión (-0,4%), a Francia de su bajo crecimiento (0,9%) y a Italia de su nulo crecimiento (0,0%), al representar dichos Estados casi el 68% del PIB de la eurozona.
Mantener dichos tipos al 2% durante tres años hizo que, para otros Estados, como España, Irlanda y Grecia, que crecían al 3,3%, el 4,5% y el 5,9%, con inflaciones del 3,2%, 4,1% y 3,4%, respectivamente, dichos tipos nominales del 2% fueran negativos en términos reales. Tipos de interés reales negativos inducen a empresas y familias a endeudarse, ya que sus ingresos aumentan con la inflación. Así, los tres Estados grandes mejoraron su crecimiento a costa de crear burbujas de crédito e inmobiliarias en los tres segundos, que ahora sufren su posterior e irremediable recesión al estallar dichas burbujas, que no fueron detenidas a tiempo.